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Un nuevo caso de reclutamiento forzado se presentó en el municipio de Tibú, cuando siendo las dos de la madrugada del lunes dieciocho de agosto, un adolescente de diecisiete años de edad, llegó hasta la base del Distrito Número Cuatro de Tibú, luego de una larga jornada de camino, manifestando haber huido de la guerrilla del EPL y que buscaba refugio en la Estación de Policía.
Al verificar la ropa con la que llego el adolescente, los uniformados evidenciaron que presentaba considerable deterioro producto del largo recorrido que había realizado por trochas y caminos de la zona rural de Tibú, hasta poder llegar a las instalaciones policiales. El joven le manifestó a los uniformados, que recorrió más de seis horas por diferentes veredas a fin de no ser detectado, y entregó un radio de frecuencia media con el cual se comunicaba con miembros de este grupo armado ilegal, además de un brazalete y algunos cartuchos calibre nueve milímetros.
El adolescente confirmó que las constantes presiones que los mandos de esa guerrilla ejercían sobre él, para obligarlo a realizar diferentes ataques y atentados terroristas en contra de la fuerza pública, lo aterraban e iba en contravía de su forma de pensar y actuar, lo que finalmente provocó que esperara la oportunidad y saliera huyendo del grupo armado, al cual había llegado hacía cuatro años, cuando algunos de sus familiares lo entregaron a ese grupo, como canje para evitar que atentaran en contra del resto de sus familiares.
Mientras escuchaban el relato del muchacho, los uniformados suministraron líquido, alimento y elementos de primera necesidad ante la evidente deshidratación y nerviosismo que presentaba el joven, debido a la larga caminata y el temor que sentía por su vida.
Ante la delicada situación, la Policía Nacional tomó contacto inmediato con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, para el restablecimiento de sus derechos fundamentales y su pronto traslado hasta un lugar donde se garantizaron las medidas de seguridad y donde no corría riesgo su integridad. El menor fue valorado por un grupo multidisciplinario, quienes confirmaron la veracidad de lo relatado y comenzaron un trabajo en beneficio del menor.
En lo que va corrido del año es el segundo caso que se presenta, en donde un menor de edad, residente esa zona del departamento, huye buscando ayuda de la Policía Nacional para no ser reclutado. El pasado ocho de agosto se presentó el caso de otro menor de doce años, que caminó por más de tres horas hasta llegar a la misma estación, solicitando ayuda para no ser ingresado a las filas del ELN.
El Departamento de Policía Norte de Santander invita a la comunidad a denunciar de forma inmediata cualquier caso de reclutamiento forzado marcando gratis a la línea única de emergencia 123.
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